Durante una década la ciudad de Montevideo vivió en pleno auge edilicio. Por esos años se habían erigido el Hotel Carrasco en 1921, el Monumento a Artigas en 1923, el Palacio Legislativo en 1925, el Palacio Salvo en 1928, el puente sobre el Santa Lucía en 1929. Faltaba un estadio de fútbol gigante, acorde con las glorias acumuladas por los futbolistas amateurs que habían logrado los campeonatos olímpicos en 1924 y 1928. Pero además, un Campeonato Mundial que sirviera de marco a su inauguración.
Ambas cosas se lograron en un tiempo asombrosamente breve. La AUF tomó la idea, la presentó al Congreso de la Confederación Americana y allí fue aprobada por unanimidad. En mayo del mismo año, la FIFA eligió a Montevideo como sede de un evento internacional jamás disputado al que habría que hacer coincidir con los festejos del centenario de la Constitución de 1830. Quedaban catorce meses y todo por hacer. Sin embargo por una vez, la burocracia encargó de inmediato el proyecto al arquitecto Juan Antonio Scasso, entonces Director de Paseos Públicos de la Intendencia. Seis meses después, en los primeros días de julio de 1930, el Estadio Centenario estaba pronto. Las obras se iniciaron en febrero y los obreros trabajaron incansablemente en tres turnos, incluido uno que se efectuaba por las noches, empleándose grandes reflectores para suplir la ausencia de luz natural. Fueron empleados catorce mil metros cúbicos de cemento y su costo ascendió a un millón de pesos. Para atrás y por razones de tiempo, solamente quedó un gran pórtico que iba a ser revestido de mármol y otras piedras nacionales como exponente de la riqueza del país. La obra resultó tan inmensa que en su parte interior podía caber el Coliseo Romano.
Fue sede de de la primera Copa Mundial de Fútbol de 1930, aunque el primer partido por una Copa del Mundo se disputó en el Parque Central la tarde del 13 de julio de 1930, con victoria de Estados Unidos sobre Bélgica por 3 a 0, porque el Centenario todavía no estuvo pronto por las lluvias del otoño hasta el 18 de julio cuando se enfrentaron Uruguay y Perú con triunfo local. El apuro en la construcción y las lluvias que cayeron justo cuando estaba por terminarse la obra, hicieron que el estadio se inaugurara con el cemento fresco, por lo que los privilegiados asistentes pudieran grabar sus mensajes para siempre en la única construcción que posee el título de "Monumento del Fútbol Mundial" declarado por la FIFA en 1983.
Al final de la primera Copa, con un encuentro que enfrentó a Uruguay con Argentina, dejó a Uruguay con el honor de ser el primer Campeón del Mundo., y al menos el único por cuatro años más … hasta cuando se disputó el campeonato en Italia, sin la participación uruguaya en reciprocidad por la ausencia italiana de 1930.